Un deleite para cualquiera ver a unas mujeres, mamás la mayoría, de “carnes” y hueso. Mujeres rollizas de grandes y naturales pechos, con los que en algún caso intentan noquear al joven con el que se están dando un completo homenaje por todo lo bajo. Algunas de ellas pasan de los 100 kilitos y se mueven y contornean como serpientes.