Brannon y yo estábamos en la subasta local y decidimos volver a casa. Mi amiga del pueblo Laila estaba allí en la piscina y pensé que era una buena idea dar a mi hijo Brannon una pequeña sorpresa. Regresamos a casa y Laila llevaba el vestido más revelador, sexy como el infierno! Tenía enormes pechos y la cara más sexy que he visto. Brannon la vio y se enamoró. Jugaron un poco en la piscina, pero se notaba que saltaban chispas por todas partes. Poco a poco las cosas empezaron a llegar al contacto sexual y estos dos no pudieron resistirlo. Brannon y Laila comenzaron a follar como locos y él consiguió correre se gusto con esos pechos increíbles. Laila adoraba su polla y lo montó como un semental salvaje. Esta chica era puta verdadera